La fiebre de Justin Bieber se extiende a todos los lugares del mundo y sus fans han demostrado una vez más que están dispuestos a hacer cualquier cosa para verle de cerca. Buen ejemplo de ello es lo que sucedió ayer en Australia cuando 3.500 jóvenes que hacían cola de madrugada, decidieron romper la barrera de seguridad para acercarse al escenario y poder coger los mejores sitios para ver el concierto de su ídolo en primera fila. Al menos ocho de ellos resultaron heridos y tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos. Tras el altercado, la Policía australiana ha cancelado el concierto en el que el artista iba a presentar su último trabajo, My World 2.0, y ha afirmado que la responsabilidad es de los padres que dejaron a sus hijos solos haciendo cola de madrugada.
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